viernes, agosto 18, 2006

TELÓN: THANKS FOR YOUR MEMORIES



Hace justo seis meses utilizaba esta imagen para comenzar una aventura "incierta", como decían los seriales clásicos. No me imaginaba que, medio año y 80 artículos después, seguiría en pie y en plena forma. Bueno, 80 artículos y cientos de comentarios, prueba de que este blog ha conseguido su propósito: contar con amigos tan fantásticos, entusiastas y buena gente como Wilt, Juanejo, Wayne, Pete, Wolf, ChocolateSexy y unos cuantos más que casi son de mi familia. Si mereció la pena este "MIKAN VERSUS KNICKS" es, sin duda, por vosotros. Y no me pongo en plan folclórica. ¿Por qué echar el cierre? Básicamente, como me dijo Wilt muy al principio, la Historia no es infinita. Y creo que todas las secciones (Amo los uniformes, Logomanía, Salón recreativo, Filmoteca...) están más que liquidadas. Queda poca leyenda que rascar, al menos en mi chistera y no me gusta despachar restos de serie sin ton ni son. Me importais demasiado para hacerlo. Quizá ha llegado la hora de mirar al futuro con otros proyectos, además de los 2 blogs que aún tengo por mantener. Por si fuera poco, compruebo la cantidad de blogs excelentes y muy currados que han brotado tras el mío (decir "gracias al mío" quedaría muy pedante e injusto), así que también eso me sirve de orgullo. Desde luego, seguiré visitando vuestros blogs, así que el saltarín Lucky el leprechaun se os aparecerá de vez en cuando.

MUCHAS GRACIAS A TODOS Y UN ABRAZO FUERTE. I LOVE THIS GAMEEEEE!!!

LOGOMANÍA: LOS QUE FALTABAN


He aquí un puñadito de logos que me faltaba por colgar y que, en verdad, son más chulos que un ocho. Tanto el primigenio de los Celtics (creo que es de 1929, la más antigua referencia que he encontrado), como el campanero de los 76ers (en conmemoración del segundo centenario de Yanquilandia) como ese de los siempre coquetos y fashions Sonics (en honor al desaparecido en combate Juanejo) y, en fin, uno de mis preferidos, varias veces votado el mejor de la Liga: el de los Warriors de Frisco, con su tranvía tal vez a la Malvarrosa. Bonito es.

FILMOTECA JUGONA: "HE GOT GAME"






Director: Spike Lee.
Intérpretes: Denzel Washington, Ray Allen, Milla Jovovich, Rosario Dawson.
Duración: 136 minutos.
Nacionalidad: EE.UU., 1998.

Atención, pregunta: ¿cuál es la mejor peli de basket de todos los tiempos? Complicada cuestión, sobre todo porque, igual que el fútbol, nuestro deporte preferido tampoco ha tenido suerte en la pantalla grande. Podemos destacar la corrección de "Coach Carter", la emoción de "Hoosiers", la diversión de "Space Jam", el funky de "Los blancos no la saben meter", el rigor documental de "Hoop Dreams"... Pero quizá nos quedamos con esta "Una mala jugada" (horrible traducción cuando salió al mercado español directamente en DVD, o VHS mejor dicho). Sobre todo, porque su director, Spike Lee, es un fan fatal del baloncesto y rueda con un tempo casi de contraataque frazieriano. Eso sí, sus pelis siempre suelen irse a la prórroga. Además, pocas veces un filme baloncestístico cuenta con un prota doblemente ganador del Oscar como Denzel W., que se da un aire al Dr. J que es un primor. Y casi nunca un jugador profesional ha estado tan bien "haciendo de sí mismo" como Ray Allen. Si a esto le añadimos una trama paternofilial y de superación muy bien ensamblada, trotonas como Rosario Dawson (encima, generosa en carnes) y Milla Jovovich (puede que también en su mejor trabajo) y la aparición de viejos conocidos como John Turturro, el espectáculo es completo. Lee cuenta perfectamente la diatriba vital de Jesus Shuttlesworth, gran promesa de high school al que su padre, en prisión, chantajea para que acepte una oferta que le saque del trullo. Todas las dudas, tentaciones, inseguridades y grandezas de este juego se reflejan muy bien en la gran pantalla. En fin, que Spike sabe lo que hace y hace lo que debe.
En este punto me pregunto: ¿qué coño tendría que hacer el cine para estar a la altura del baloncesto, igual que lo ha hecho con deportes como el béisbol, boxeo o billar americano? Quizá el problema sea el "quinteto ideal". Yo lo formaría con Oliver Stone (su "Un domingo cualquiera" me parece la mejor película de deporte colectivo que existe") a la dirección y montaje, Paul Haggis al guión (recordemos su adaptación de "Million Dollar Baby"), Edward Norton como prota (en "Keeping the Faith", su debut como director, es clavadito a Larry Bird), Naomi Watts como la cheerleader jefaza, Morgan Freeman como entrenador y Michael Caine como presidente veterano y cabroncete estilo "Shiner". Y nada de desfile de jugadores famosos en plan cameo que eso distrae mucho. ¿El argumento? ¿Se os ocurre algo mejor que la resurrección de los Celtics en los 80 y, con él, de toda la NBA? Pues hala, a ver si se anima algún productor. Mientras, seguiremos soñando.

miércoles, agosto 16, 2006

TROTANDO QUE ES GERUNDIO






Ah, los locuelos malabaristas de Harlem. Y no me refiero a Skip to my Lou o True Warrior (fetén alias de Ron Artest) desde el trigo verde del Rucker. Los Globetrotters, amigos. Ese ex mejor equipo del mundo (ganaron a varios campeones de la NBA en los 50 y 60) cumplirá 80 primaveras el año que viene. Y para adelantarnos a la efemérides, ahí van algunos carteles de sus años mozos, llenos de arte, cachondeo, nostalgia y negritud naif. Un homenaje a los que por muchas décadas fueron los auténticos embajadores del basket por todo el mundo, y unos precursores de la alegría de vivir con un balón en la mano, aparte de escuela para numerosos cracks como Wilt o Connie Hawkins, que siempre recordaba cómo le vacilaban los tipos. Que a veces no viene mal algo de circo.


Por cierto, ¿qué demonios pintarían junto a Scooby-Doo? Y no me vale que Hanna-Barbera tenía los derechos, igual que los de otros deportistas y celebridades. Sorpresas te da la vida.

lunes, agosto 14, 2006

PASÁNDOSELO PIRATA







Aprovechando la calma chicha estival y que "Piratas del Caribe 2" (esa marisquería larguíííísima pero entretenidilla, con su toque Benny Hill persecutorio y todo al final) ha barrido al "Código Da Vinci" como mayor estreno en nuestro país el fin de semana con 8,8 milloncejos del ala, he ahí algunos pintas que podrían entrar en la tripulación de Jack Sparrow tan ricamente. El primero, cómo no, el siempre tatuado (como decía una amiga) Dennis Rodman, al que solo le falta el parche en el ojo diseñado por Galiano o algo así. Seguimos con el bucanero Strickland, experto en pillajes y botines de uno a otro confín y con unas ojeras que parecen la sombra de ojos del pinturero Depp. No nos podemos olvidar de Latrell Sprewell (¿qué pasó con...?), un as en abordajes y botellas de ron. Y, cómo no, el amigo Ron Artest que, aunque en esta foto se las dé de finolis con el cello, ya sabemos sus maneras cuando se enciende un motín a bordo. Ni los cañones del Holandés Errante le aplacan, al muy filibustero. Queda plaza libre para el "pata de palo", pero para eso hay mucha competencia...

viernes, agosto 11, 2006

FILMOTECA JUGONA: "BASKET MUSIC (THE FISH THAT SAVED PITTSBURGH)"


Director: Gilbert Moses.
Intérpretes: Julius Erving, Meadowlark Lemon, Jonathan Winters, James Bond III, Stockard Channing.
Special guest stars: Kareem Abdul-Jabbar, Norm Nixon, Connie Hawkins, Don Chaney, Chris Ford, Spencer Haywood, Bob Lanier, Cedric "Cornbread" Maxwell...
Nacionalidad: EE.UU., 1979.
Duración: 103 minutos.
Rareza donde las haya, he aquí la única película donde intervino el gran Dr. J. Calificada con un generosísimo noveno puesto en el top 10 ad hoc de MSN Entertainment, la verdad es que el filme derrocha cutrez y camp lentejuelero por todos sus poros, pero tiene un encanto innegable, así como la oportunidad de contemplar en acción a los cracks arriba citados y de ser, posiblemente, la única pieza de cine "astrológico-deportivo" de la historia (a no ser que rueden el biopic del entrenador de la selección franchute de fútbol). Atentos al argumento: un chaval de 14 años (papel interpretado por el repelente James Bond III) decide, ante la horrible marcha de los Pittsburgh Python, consultar a una astróloga (la gran Stockard Channing, siempre con el imaginario parche en el ojo de "Smoke" en nuestra memoria), que da con el quid: el desbarajuste zodiacal de sus componentes. Solución: formar un equipo de piscis, aprovechando que la estrella Moses Guthrie (Erving, claro) es de tal signo. El equipo en sí es de traca, con un reverendo (encarnado por el Globettroter Meadowlark Lemon), un indio, dos gemelos, un dj sarasa, un escuchimizado estibador irlandés (o así) y otros pintas a lo Village People. Y como las conjunciones planetarias no mienten, los Python (rebautizados como Piscis, claro) ganan hasta al Tato, proclamándose campeonísimos gracias a una canasta final de... ¡lo adivinasteis! el gran Julius.
Además de su disco-glam banda sonora, lo mejor de este dislate es asistir a uno de los más brutales desfiles de anti-uniformes jamás vistos. Si el del equipo de Nueva York (sucedánea aberración del de los Sonic) es espantoso, el de Los Ángeles (morado nazareno y desteñido), ni te cuento. Pero la palma se la lleva el de los Piscis, con un pescado brillante en el pecho y un tejido estilo Caballeros del Zodíaco (muy propio) aterrador. Tal feismo se amplía a las canchas, pintarrajeadas malamente y con un tablero estilo drag-queen que tira para atrás. También el bueno de Erving se marcha unos cuantos mates majetes, sobre todo uno en el último partido botándolo contra el tablero en plan McGrady, pero con la majestuosidad que le caracteriza, y hasta tiene una secuencia romántico-playground escalofriante. Lo dicho, una perla cultivada que, como curiosidad, adquirí en una casposa tienda de discos al precio de un eurito y cuya edición en castellano demuestra la incompetencia de los distribuidores: su carátula y contraportada muestran imágenes de la final del 85 Lakers-Celtics, pasando olímpicamente de cualquier escena de la peli de marras. Manda huevos. Se recomiendo ver con el sonido bajito porque la música es tan chirriante como el doblaje de Erving. Y al parecer, hasta tiene club de fans que claman por una edición especial en DVD. Hay gente pa tó.
Lo dicho, amigos. Buen fin de semana y, de postre, una recomendación musical: "Highway Companion", lo nuevo de Tom Petty. Una delicia para paladares roqueros, curtidos y sofisticados como los nuestros.

martes, agosto 08, 2006

GRETTING FROM RUCKER PARK


Una de las escasas alegrías que nos depara la caja tonta veraniega son esas retrasmisiones de medianoche en Canal Plus Deporte 2 de un ramillete de partidos desde el ultramítico playground de Rucker Park, en Harlem. No importa que sean de 2003 (mejor serían de 1973) ni que, en ocasiones, los jugadores tengan el nivel del pato Donald o la envergadura de Dumbo (aunque a veces asoman cracks como Ron Artest o Marc Jackson). Lo importante, aparte del arte de los "speakers", es reencontrarse con un lugar repleto de magia y leyenda que sirvió de laboratorio de pruebas de figuras como Chamberlain, Kareem, Connie Hawkins o "Tiny" Archibald, además del mismísimo Dr. J, como se aprecia en la foto, junto a las abarrotadas gradas. Desde luego, eran años heroicos donde el street basket del cemento verde de Rucker servía para que desfilasen genios y malabaristas como Pee Wee Kirkland (que anotó 135 puntos en un partido y promedió 70 en una temporada a principios de los 70) o Earl "The Goat" Mannigault, del que se dice que agarró un billete de 20 pavos situado en lo alto del tablero de un brinco. Así se las gastaban entre la 155th y la Octava Avenida. Eran tiempos duros, y muchos de esos genios no pudieron acceder a la NBA por problemas de drogas o, sencillamente, porque apostando en la calle ganaban más que en las canchas profesionales. En fin, que ese sí que era un parque de atracciones y lo demás, tontería. A ver si Digital + se tira el pisto y consigue algún encuentro histórico y pretérito. Por pedir...

YA ESTAMOS AQUÍÍÍÍÍ


A las buenas, muchachada. Ya hemos vuelto del chiringuito playero donde, como podeis ver en la imagen, he hecho variados amigos a la sombra de una cañita, je, je. En cuanto se me pase la resaca vuelvo a las andadas con material fresco pero retro de ese que tanto nos gusta. Hala, a beber y a apurar. Se os echaba de menos, compadres...