LOGOMANÍA: I LOVE ABA 2

Seguimos con el retro-desing de la ferolítica ABA. En este caso, con unos cuantos logos curiosetes y algunos no muy afortunados, sobre todo la "sombrerería" de los Anaheim Amigos (y olé) y los Memphis Tams (toma gorro con borlón, por si pensabas que con su horrible camiseta ya tenían bastante). Claro que la vertiente animal de los Carolina Cougars (¿Hanna-Barbera no les demandaría por plagio?) y los Minnesota Muskies (la pesca, ese deporte de alto riesgo) es de arrea. Y, en mitad del collage, uno de nuestros favoritos, si no el number one: el estupendo logo de los Spirits St. Louise. Genial.
PD. Hombre, que lo del post anterior iba de coña, sin ánimo de ofender ni llamar freak ni macaco a nadie (aunque ahora, con los derechos simiescos y humanos equiparados que nos quieren endiñar, llamar a alguien gorila es lo más natural...). Buen puentecito y hasta el miércoles, día del soneto etílico-polivicioso.

PARECIDOS RAZONABLES DE AYER Y DE HOY

Sin malicia ni mala leche, ¿eh? Simplemente, viendo a Mbenga disfrutar de los minutos de la basura en el Mavs-Grizzlies, algo me recordaba esas orejas, esa cabeza limonera, esa chepa... claro, el pobre friqui gemelo de la descomunal "La parada de los monstruos". Tod Browing forever! Más info: http://www.pasadizo.com/peliculas2.jhtml?cod=732&sec=1

LOGOMANÍA: I LOVE ABA 1

Ah, la ABA... qué showtime en movimiento, qué desenfreno, qué blaxploitation, qué puñetazo megajugón en la mesa noble del catenaccio. Incluso sus logos reflejan tal espíritu en permanente fuga, corre, corre que te pillo, aunque sea con un bulldog detrás pisándote los talones (caso de los Kentucky Colonels, donde descolló el gran Artis Gilmore) o echando humo por los belfos, como la vaquita de los Houston Mavericks. Hasta los cegatos sin un pelo de tonto, como los Miami Floridians, se apuntaron al "tole-tole". Mención aparte merece el "histórico" logo de los Virginia Squires (patria chica del gran Dr. J) o el fetén cohete de los Denver Rockets, atravesando cordilleras tan pancho. Por supuesto, seguiremos colgando parches tan chulos o más en esta marquesina, que nos va lo funky cantidad. Y ahora que vuelven Earth, Wind & Fire, ni te cuento.

SONETO PARA MANUTE

Un día trajeron a un tipo conservado en formol,
más largo que una anaconda amojamada
a todo el mundo blanco ojiplático dejaba.
"¿Cómo te llamas, negrito?" "Bwana, Manute Bol".

Le inventaron una leyenda de narices,
que si cazaba leones con los dientes,
que si su abuelo se merendaba a las gentes...
"Pues claro que dará dividendos, ¿qué me dices?"

Con Mugsy montaron en Washington el circo
y aunque era buena gente y hasta triplista
le taponaron su fortuna de muy mala manera.

Llegó a ser jockey y a jugar al hockey hecho un cisco
y su tribu dinka le apuntó en la del paro la lista.
Ay Manute, pero cómo nos reímos en tan locuela era.

LOS MEJORES MATES DE NUESTRA VIDA

Las maravillas primitivas de Dr. J en el 76, el chándal estratosférico de Larry Nance en el 84, el vuelo sin motor de Spud Webb en el 86, el duelo fratricida de Jordan y Wilkins en el 88, las acrobacias de Kenny Smith en el 90, la exhibición de Carter y su primo en el 2000... Bombas y truenos clavados en nuestra memoria y pegados en nuestras carpetas o paredes de la habitación. Pero, quizá contra pronóstico, el mejor concurso de la Historia, al menos en su fase final que es donde se juegan las castañas, es el de Kenny "Sky" Walker en el 89: 148,1 puntos en total, una décima más que la ronda semifinal de Jordan en el 87 y un punto y una décima más que la mítica final del 88 o la no menos legendaria del 85, con Nique sorprendiendo al mundo con sus tomahawks. Un crack ingrávido este Walker, cuyos mates de molinillo dejaron más cicatrices en el aire que una invasión de mosquitos asesinos. Pocos jugadores tan aerodinámicos y perfectamente coreografiados han volado sobre un parquet. Lástima que en los Knicks, y en la ACB, no triunfara como quizá se merecía. Pero no se puede tener todo, ¿no? Hagan juego... Personalmente, el mate de este año de Andre Iguodala remontando la línea de fondo lo veo sencillamente insuperable e inhumano. Y las mil y una repeticiones del pequeñín Nate Robinson, un poco de alipori. Vosotros diréis. Y una duda: ¿por qué nunca brilló en estos concursos el gran, gran Clyde Drexler?

TIEMPO DE PLAYOFFS

Se acabó lo que se daba, amigos. El cuadrilátero final ya está montado. Ocho contra ocho y que Dios reparta suerte. Antes de que Detroit se engarce su cuarto anillo, desde esta marquesina seguimos mirando al pasado más glorioso con la esperanza de que, con suerte, estas semanas nos deparen algún momento, algún destello, algún mordisco mitológico como los que han plagado nuestra memoria basketbolera: el tiro de Jordan contra Cleveland, la bandeja estratosférica de Erving contra Los Ángeles, el misil de West del post de abajo... O el que ahora recordamos: 1987. Quinto partido de la final del Este contra contra Detroit. Cinco segundos como cinco péndulos de la muerte. Thomas saca confiado desde la banda. La cosa parecía fácil pero ahí estaba la mano, más bien garra, de Larry Bird para zarpear el balón, girarse en un chotis glorioso sobre alguna tabla (sin duda nieta legítima del parquet de los años 20) y pasarle la patata caliente a Dennis Johnson, que la colocó en la canasta con una bandeja no menos fulgurante y fulminante. El Garden estalló, aunque ya estaba acostumbrado a gestas similares en los últimos años. Boston pasó a la final, que perdió con Los Ángeles en seis partidos. Pero absolutamente en todas las retinas seguía golpeando el robo de balón más mítico de la Historia del baloncesto. Para más de uno, el canto del cisne de los dorados años 80. Para más de dos, de la NBA más mítica, más genial, más apoteósica. Este es mi momento preferido de los playoffs (bueno, uno de los mil preferidos). ¿Y el vuestro?
PD. Un abrazo a mi colega y amigo José Manuel Cuéllar, cuyo blog de abc.es le bailaría el agua al mismísimo Isiah en sus años más chulitos.

BIENVENIDO, MR. CLUTCH

Pocas veces se ha puesto en órbita un balón de baloncesto como en aquel día de 1970 en el que Jerry Allan West forzó la prórroga del tercer partido en la final contra los Knicks. Treinta mil almas boquiabiertas siguieron el rastro prodigioso de aquel meteorito volando a lo largo de 30 metros hasta aterrizar allá donde estaba programado: en el corazón de la canasta rival. Cinco años antes, "Sports Illustrated" publicaba una de sus portadas más bellas y mágicas (exceptuando sus especiales de bañadores, of course) con la figura del más fino estilista que ha pasado por las canchas y el más vocacional anotador. Embuchaba canastas "como Chamberlain envolvía el bocadillo", que diría Sam Shepard. Precisamente junto a Wilt y Elgin Baylor formaron el terceto mágico de uno de los mejores equipos de la historia de este deporte. Aunque Jerry era el icono, el ideólogo del grupo, la zona noble, el crack inmortalizado en la marca de fábrica de la NBA. Porque él lo vale. Aristocracia en estado puro, amigos. Ahora mantiene el tipo en la pecera dorada de los Grizzlies. Pero eso es otra historia. También la nuestra.

LOGOMANÍA: RAROS, RAROS

Desde esta marquesina siempre preferimos las cunetas a las autopistas de peaje, así que nos ha tocado la fibra "loser" y hasta "outsider" encontrarnos con estos logos insólitos e inéditos que, por misterios del diseño publicitario, nunca conocieron la luz mercantil. Destaquemos los dos de los Sixers (el de la antorcha por motivos ilegibles y obvios) y los "aztecas" de los Spurs y los Grizzlies aún en Vancouver (éste sí que pisó tierra, pero de lo más efímera). Y respecto al extraño dragón que pide a gritos una manicura, aclarar que pertenece a los ¡Toronto Dragons!, nombre que se barajó antes de quedarse con el definitivo Raptors. La verdad es que es tan desastroso un logo oficioso como otro definitivo, pero bueno. Para todos, nuestro recuerdo y más sentido pésame.

PARECIDO RAZONABLE CHAPLIN-STOCKTON (DEDICADO A WILT)

SONETO A LOS APELLIDOS MÁS FRIQUIS Y RIMBOMBANTES

Quizá penséis que estoy mal de la chaveta

o que trato la rima cual Onésimo,

pero nombres como Popovich o Carlesimo

merecen un ripio, igual que el de Bavetta.

Mas quizá el mejor entre mil,

acrecentado por su aliño indumentario,

de cuando no tenía bigote SuperMario,

es el del galápago sacramental Pete Carril.

Otros son agrestes como Carnesseca,

cantarines y pizpiretos como Pittino

o huelen a mafia fina como Fratello.

De Este a Oeste, de la Ceca a la Meca,

con madera de alcornoque, noble o de pino,

acompleja a los López y García este santoral tan bello.

PD. De propina, dos pareados

al supersónico Juanejo dedicados:

¿es o no es un estigma

tener pelo de borrego y llamarte Jack Sikma?

SILE, NOLE 2

-¿Hace un West por un Barry? Si se cotizan fifty-fifty.
-Ja, vas tú listo. ¿Olvidas que el gran Jerry es el logo-man? Además, Rick tendría que cambiar de peluquero.
-Vale, ¿y si te añado a Oscar? El rey del triple doble.
-Estás muy obsesionado con las estadísticas, chaval. ¿qué más tienes?
-Pues un Walton...
-Sile.
-¡Versión all-star!
-Ah, vale. Ese mola. Te lo cambio por sus mejores discursos anti-Nixon. ¿Algo más?
-Y un Jackson.
-¿Quién?
-Phil, el pívot... bueno, lo que sea, de los Knicks.
-Guárdatelo, que igual en el futuro se cotiza.
-No sé yo. Venga, que suena la campana para clase.
-¿Qué dices?, si estamos en Semana Santa.
-Pues eso, hasta el lunes.

QUÉ VERDE ERA MI VALLE

Hubo un tiempo en que mi equipo preferido brincaba como un gamo por la pista, su pipa echaba humo de madera noble, sus músculos eran juncos de cobre y sus pupilas, gemas doradas. Hubo un tiempo en que la épica rimaba con la poética y el orgullo era también tuyo, y el gusto, nuestro. Ay, célticos de mis entretelas, ¿saldréis algún día del pozo? ¿Volverán las oscuras (casi apolilladas) banderolas en la azotea del Garden a anidar y brillar? Larry, echa al cicuta Ainge de la poltrona, por la gloria de Red Auerbach, que me lo vais a matar a disgustos. Moraleja: de nostalgia también se puede vivir, pero más despacito.

AMO LOS UNIFORMES: TIENE TELA

Tras arduas negociaciones, el Club del De-Sastre y la Asociación Verde-Azul han dictaminado los peores uniformes de la historia de la NBA (aunque se admiten sugerencias, claro). El premio de esta temporada, según coinciden diversos blogs y fuentes contrastadas de la moda, se lo lleva el alternativo de los Sacramento Kings, rebautizado como "Austin Powers en Miembro de Oro" (también conocido como "robot de protocolo" o "traje de luces de oro y añil"). Un primor. De los históricos la lucha estaba entre la "vertiente zoológica" de los Toronto Raptors en sus trapisóndicos comienzos noventeros (nótese que el dino tiene garritas en las zapatillas, que no se pierden detalle los canadienses), y el "gris sudado" de los Pistons de comienzos de los 80. Francamente grimoso. Decretamos tablas técnicas. Respecto a la ABA, la medalla se la lleva el lila doradito de los Denver Rockets (según las crónicas, la calidad de la tela tenía un efecto camaleón y, según avanzaba el partido, mutaba en pigmentación bermellón, ocre y verde botella). Y también tenemos Aguja de Oro para el peor uniforme de un all-star: en este caso, el "guindillita ándale" de la Conferencia Este de la edición del 96, sinceramente desastroso y que Jordan inmortalizó cuando arengaba a sus chicos gritando "Go blues, go!". Una pieza de coleccionismo friqui, vamos. A ver si David Stern ficha a Ágata Ruiz de la Prada de Pedrojota y le da un poco de poesía cromática al ropero...

SONETO PARA SIR CHARLES

Orondo, cebado, zampabollos y lorzón
son algunos higos y mandarinas
que mentes obtusas, zoquetes y cetrinas
han dedicado a Barkley con resquemor.

Gladiador de Alabama, recaló en Phila
cuando el doctor y Mo a Benidorm viajaban,
"dadme como sea el balón a mí", así jugaban,
según su piquito de oro, que veneno fino destila.

Luego al sol de Arizona achicharró su calva
aunque él solo se quejaba de las pobres viandas,
mas en Barcelona lució muy olímpicas cachas.

Su amiguete Jordan le mandó el anillo a criar malvas,
aunque Dios le decía "truhán, qué bien andas".
Ay, Sir Charles, siempre serás un bendito bocazas.

PD. La camisetita de los Sixers tiene tela, ¿eh?

REGGIE FOR PRESIDENT

Siempre será tiempo de Miller.
PD. Que se lo digan al bueno de Spike Lee (el de la toalla a mano izquierda).
PD2. ¿Cuántos mitos de la vieja-joven escuela quedan ya? ¿Kukoc? ¿Ehhhh... Ostertag? En efecto, Reggie era el último grande, grande.

SILE, NOLE

-A ver, te cambio un Hondo por un Hayes.
-Ni lo sueñes, chaval. Havlicek es de los difíciles. Sobre todo en el que se está riendo.
-Sí, pues anda que Elvin con ese bigotillo a lo bailarín del Cotton Club.
-Quita, quita. Te lo dejo por Cowens y Wilkens.
-No sé yo. Es que a Dave siempre le ha faltado carisma, incluso como entrenador. Y Lenny, ni chicha ni limoná. Y ese gesto me da un poco de grima, pobre chico.
-Mira que eres pesadito, ¿eh? Me vas a obligar a sacar al más difícil de la cole.
-¿No será...?
-Efectivamente, el gran Wilt the Stilt.
-Qué cabrón. Y con el nombre en el pecho.
-Pues tú dirás.
-A ver, a ver, ¿donde tenía yo el Lew Alcindor?
-Piénsatelo y en comida hablamos, que ya suena la campana.
-Vale. En matracas te voy a masacrar al Phila-Lakers. -Anda, vete a soñar al Madison.